Petrarca: Canzoniere (edición de Paola Vecchi)

Francesco Petrarca, Canzoniere, a cura di Paola Vecchi Galli, Milán: Biblioteca Universale Rizzoli, 2012.

Enero de este año se ha estrenado con una nueva edición del Canzoniere de Petrarca (o Rerum vulgarium fragmenta, para espíritus más puntillosos). La colección “autorizada” de poemas de Petrarca contiene por sí misma una historia literaria propia y una larga y compleja historia editorial y bibliográfica. La mayor parte del público culto y de los especialistas académicos ha leído o ha trabajado, de una manera u otra, mayoritariamente, con el texto crítico preparado por el gran Gianfranco Contini. Los devotos de Leopardi, sin embargo, han buscado textos, desde el primero de 1826 en adelante, donde acompañarse de las anotaciones del poeta de Recanati. Otros hemos preferido, aunque con invariable infidelidad, estudiar a Petrarca en la edición (cada vez más rara) de Giovanni Mèstica. Para una tarde otoñal y dada a las evocaciones, lasRime sparse de Chiòrboli proporcionarán esa sensación de temps jadis que en ocasiones resulta agradable… En fin, el libro que ahora edita una de las más notables especialistas petrarquescas, Paola Vecchi Galli, responde a esa lunga storia y se inicia con un lema muy apropiado, “questo bel varïar fu la radice”…

El libro, como todos los de la colección de “Classici Italiani” de BUR, se presenta en el formato modesto que todos los aficionados a la literatura italiana conocen, y con el precio también, más que a la mano, por un tomo lleno de ciencia, de poesía y de páginas (1269 págs.): apenas cuesta 12€. Nada que ver, en ese sentido, con una experiencia suntuosa. Y, sin embargo, su lectura nos reconcilia como pocas con el Petrarca poeta y con todo aquello que el lector iniciado desea saber.

Los conocimientos oceánicos de Paola Vecchi a propósito de Petrarca y su época se ponen al alcance del lector de manera clara, meridiana, pero sin perder un ápice de exactitud ni de actualidad. La Vecchi conoce todo y lo sitúa todo en su lugar. Sin duda ha martirizado a los editores para incluir la bibliografía más necesaria de la última fecha y  hasta el último día. La agilidad con que sitúa la historia del texto y sus ediciones será en adelante punto de referencia como síntesis digerible y exacta de montañas de datos acumulados durante siglos. La edición del texto, que sigue criterios perfectamente razonables, presenta cada poema dejándolo respirar, y lo comenta con agudeza y desenvoltura, sin oscurecer su contenido innecesariamente. Es una edición necesaria en cualquier biblioteca y muy oportuna, que se lee con tanto gusto como provecho.

Pascoli e gli Editori

Maria Gioia Tavoni & Paolo Tinti, Pascoli e gli editori, Bologna: Pàtron Editore [Collana Rivista Pascoliana, 7], 2012.

Una monografía esencial para comprender y repensar la figura (poco conocida en España) del Pascoli poeta y del Pascoli académico a través de sus relaciones culturales y comerciales con algunos de los impresores más relevantes de la Italia de sus días. Una historia de libros, contratos, acuerdos y desacuerdos, pequeños triunfos y grandes dificultades… En definitiva, una historia apasionante, confeccionada a partir de documentos inéditos y que nos muestra las fibras íntimas del orden cultural italiano entre Ottocento y Novecento desde sus tripas editoriales, desde dentro.

Sommario

Un «difficile arringo» di Andrea Battistini – Premessa – Nota al testo – Cap. 1. Quasi da pari a pari: editore e poeta a confronto – Cap. 2. Progetti mai realizzati – Cap. 3. Da lettere e da paratesti, novità editoriali nelle antologie di Pascoli – Cap. 4. Occasioni da afferrare – Cap. 5. Pascoli tradotto – Cap. 6. L’intermediazione necessaria fra «agenti», illustratori e Mariù – Indice dei nomi – Indice delle opere di Pascoli citate.

Si racconta qui per la prima volta la complessa vicenda che legò Pascoli, professore e grande poeta vissuto fra Otto e Novecento, ai suoi editori. Sullo sfondo di un Paese avviato al nuovo corso unitario, Pascoli intrattenne rapporti intensi, talvolta burrascosi, con molti esponenti dei mestieri del libro. Si trovò di fronte editori ma anche librai, tipografi, illustratori, traduttori, «agenti» editoriali e altri intermediari fra la scrittura e la sua diffusione pubblica, tanto in Italia quanto in Europa e oltre. È l’autore che dapprima tenta di inserirsi timidamente nell’editoria del tempo, con lo scopo di guadagnare denaro, necessario a far fronte alle molte difficoltà della sua vita. Tortuoso è il cammino pascoliano, che di casa in casa editrice, dalla livornese di Raffaello Giusti, editore delle prime Myricae (1891) e delle fortunate antologie latine (Lyra ed Epos), passa per il fiorentino Enrico Bemporad, per il messinese Vincenzo Muglia (editore dei Pensieri e discorsi, dove comparve il Fanciullino), sino a giungere a Remo Sandron, referente per le antologie per la scuola italiana, uscite tra il 1900 e il 1901 ed infine a Cesare Zanichelli, che dal 1903 acquisì i diritti per la maggior parte delle opere. Pascoli diviene autore affermato proprio alle soglie di quel Novecento che lo vide sfidare molti editori in ciò che egli stesso definì un «difficile arringo». A tutti egli promise opere mai pubblicate. Via via pretese un ruolo sempre più rilevante nelle clausole dei contratti editoriali, sinora rimasti inediti. Lettere e contratti rivelano infatti i compensi percepiti dall’autore e, soprattutto, le tirature. Dopo la morte del poeta, nel 1912, fu Maria, presenza costante nelle questioni editoriali del fratello, ad amministrare gli affari con Zanichelli, fino agli anni trenta quando, per ragioni di convenienza economica, i diritti furono ceduti a Mondadori.