La versión castellana medieval de la Epitoma rei militaris

José Manuel Fradejas Rueda, ed., La versión castellana medieval de la “Epitoma rei militaris”. Flavio Vegecio Renato. Alfonso de San Cristóbal, San Millán de la Cogolla: Cilengua [Insituto Literatura y Traducción. Monografías, 4], 2014.

La versión castellana de la Epitoma rei militaris de Flavio Vegecio (ss. IV-V d.C.) y, desde luego, sus glosas literales y espirituales, clamaba/n por una edición que pusiera en efectiva circulación uno de los textos más singulares y a la par característicos de la cultura letrada castellana de finales del siglo XIV y principios del siglo XV. El atractivo del texto es indudable para quien lo conozca siquiera de lejos así que, en un momento en que escasean las obras de cierta trascendencia de nuestra baja Edad Media por editar, corría el peligro de haber caído en manos o inexpertas o perezosas. No ha sido así por suerte. José Manuel Fradejas Rueda es conocido por su calma y discreción en el trabajo, esto es, por no precipitar conclusiones y tomarse el tiempo necesario para resolver problemas textuales que no se solventan si no es con tiempo y pericia. La tradición textual de esta obra no es particularmente extensa, pero sí compleja en su evaluación y problemática en cuanto a los criterios editoriales a emplear para la correcta representación de su transmisión.

El texto base que ha servido de soporte a esta edición es el manuscrito de la Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial P.I.23 (O), opción que Fradejas defiende con rotundidad después de haber pasado revista a toda la tradición en orden a una auténtica constitutio textus: “La presente edición del Libro de la caballería, es decir, de la versión castellana de la Epitoma rei militaris de Flavio Vegecio Renato realizada por el fraile dominico Alfonso de San Cristóbal para el rey Enrique III de Castilla y León, se basa en el ms. O (Escorial, P.I.23), el cual se presenta, a pesar de los errores inherentes a toda transmisión manuscrita y de los accidentes físicos que ha sufrido (pérdida de dos folios), como el codex optimus.” (pág. 121).

Precede a la edición del Libro de la caballería una extensa introducción y bibliografía (132 págs.) donde se desgranan los datos que han podido ser recabados hasta la actualidad acerca del autor y su obra, por un lado, y se sitúa la labor de Alfonso de San Cristóbal, por otro, en el contexto de las traducciones vulgares en el dominio galorrománico, italorrománico y anglo-germano,  además del propio espacio ibérico, mostrando así la justa dimensión de la difusión del texto en Europa y, por ende, las razones de su éxito en la Castilla del Cuatrocientos. Sigue luego una cuidada descripción de los testimonios que conservan el Libro de la caballería, noticias acerca del patrocinador, el traductor, la traducción y su modelo subyacente (un manuscrito latino de la familia beta y otro de la familia epsilon, empleados en los libros I-III y IV respectivamente), un estudio de las glosas, de la transmisión de las tres familias que detecta el editor y de la posición del conocido como Libro de la guerra (antaño atribuido sin criterio a Enrique de Villena, pero en realidad una adaptación minorada del libro tercero de la traducción de San Cristóbal), para acabar con los criterios de edición y selección del texto base.

El texto del Libro de la caballería va acompañado de su aparato crítico y notas, sección por sección. Se cierra el volumen con un índice de antropónimos, topónimos y títulos y un índice de manuscritos.

Vegecio